domingo, 6 de noviembre de 2011

CADA UNO HACE SU CIELO O SU INFIERNO...♥



Hace unos minutos recibí la llamada de una madre, que me pedía cómo tratar a una niña cuya conducta provoca alarma entre los adultos, llamados psicólogos, que consideran que dicha actividad no es agradablemente funcional. Y que, en consecuencia, le va a causar choques durante el ejercicio de la acción social.

Mire bien. Eso quiere decir que la conducta debe producir agrado en la gente y que si no es así esa conducta no es buena. Repito los psicólogos piensan que se funciona para agradar. ¿Y debe ser así? ¿Puede una persona tener en sus manos las riendas, de tal forma que puedan desactivar el desagrado que otra arrastra, como efecto de su desagradable relación en su entorno?

Mire que me estoy preguntando y sacando del interno lo que él produce para servírselo a ustedes. ¿Estoy buscando agradarlos? De ninguna manera. Entonces ¿qué estoy haciendo? Examinando, investigando a ver qué sale del interno. Insisto no busco su aprobación ni el ponerle las letras de tal forma, para que sientan agrado.

Así el fin de la conducta es la de investigar para ver todo lo que se presenta a la luz de la inteligencia interna. No busco, insisto, satisfacción propia o de ustedes. Es solo ver los con toda la claridad del mundo.

Si así fuera, tal actividad me da claridad a mí, pero también al que está conmigo. Mi acompañante no nota en mi otro proceder que no sea el examinar.

No se siente cuestionado, enjuiciado o menospreciado o apreciado. Se le deja tal como es, se le da ningún calificativo a lo que hace o no. Se muestra como se ven los hechos sin perturbación de uno o del otro. Ojo no es el agrado, insisto es que aprenda a ver los hechos solos, sin incluir el pasado de uno.

Así que no tengo códigos o planes de ningún tipo, es lo mismo uno que otro, no le interesa examinar, ver lo que va en curso. Es más trata de alejarse, lo más posible, de los hechos, porque los hechos echan por el suelo los códigos o los planes.

Entonces, más que aconsejar a la madre le mostré este examen, que no fue exactamente igual que cómo el les hago, porque el examen de una situación no es igual al de la otra. Cada momento necesita su EXAMEN.

Examen, en este caso, no es un cuestionario que responder. Sino hechos que no tienen respuesta sino un verlos y dejarlos tal como son.

Siendo la vista lo que hace posible que los hechos del encuentro, se llenen de quietud paz y optimismo.

Cuando los hechos no son perturbados, sino que se respetan, la gente queda en un estado de bienaventuranza, increíblemente santificante. Siendo esa santificación el premio al respeto de los hechos. Siendo esa verdad la que hace que produzca ese sentimiento de gran esplendor interno.

El modo de ver produce o un infierno o un paraíso es opción suya vivir uno u otro.

DE ABUNDANCIA INFINITA

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